El gol se le había negado a Raúl Jiménez, pero finalmente rompió la sequía y qué mejor que hacerlo con su probada calidad desde los once pasos. El delantero del Wolverhampton fue el encargado de cobrar en penal que se marcó luego de una falta cometida a Ariel Antuna.
Fiel a su estilo, Jiménez se perfiló, espero que el arquero se venciera y de pierna derecha mandó el balón al fondo para poner el 2-0 de México sobre El Salvador. Cobró de un maestro en el cobro de los penales.
El gol logró apagar los gritos de los aficionados quienes ya coreaban el nombre de «Chicharito» pues minutos antes Jiménez había fallado una jugada clara que terminó regalando al arquero tras un recorte de más.
Fuente: Marca.com